Y es que, claro, uno va con cámara de fotos y pasa lo que pasa: que hace fotos de aquello que le llama la atención; ahí va mi especial selección estival:
Gijón, Feria Negra; camino
recuperándome de la brutal melopea del día anterior cuando, entre puesto y puesto, acecha, esperándome, semejante engendro ideológico:

Por si no se apreciaba a los autores de tan brillante mural hice un
zoom:

Si, señores: grupo
Bolovariano de Asturias; perplejo me hallo aún pensando cual es el programa político que defienden estos señores; hasta donde yo se, Bolívar defendía la independencia de la metrópolis, la creación de una federación de estados sudamericanos, la separación de poderes (Con un
extrañísimo 4º poder, el poder moral, para tener "una nación virtuosa") y el sufragio restringido. Siendo generosos uno puede pensar que, de todas estas ideas, típicas de un revolucionario del siglo
XVIII, la única aprovechable en la actualidad es la de la unión de los estados sudamericanos; preso de la perplejidad acudo a la fuente de toda sabiduría: la
Wikipedia, a la entrada del
Bolivarianismo, de la que no he sacado nada claro (Excepto algunas frases hilarantes, como
"Los documentos en los que se basa la ideología bolivariana son los escritos de Bolívar durante la lucha libertadora, entre ellos el documento de la Carta de Jamaica, el Discurso de Angostura y el Manifiesto de Cartagena. Entre sus ideas están el derecho a la educación pública gratuita y obligatoria, el evitar la intromisión extranjera en las naciones americanas así como la dominación económica de las potencias europeas a las colonias. Propone, también la integración energética, económica y política de los países de Latinoamérica."
Un tipo adelantado a su tiempo, este Bolívar; sin embargo, y tras esta extensa investigación de tendencias políticas me pregunto angustiado...
!!¿¿Que pinta Asturias en todo esto??!!
Si alguien tiene alguna idea sobre esto, POR FAVOR, que me la comunique.
Segunda estampa veraniega: Noja, un bazar cualquiera, increíblemente no regentado por ningún asítatico; mi amigo, al que llamaré JR por no vunerar su intimidad, decide comprar un frisbee (No me invento el nombre, venía en la pegatina).

Yo, que soy un lector implacable, me hago con él, dispuesto a leerme el prospecto con las instrucciones y contraindicaciones del dichoso engendro volador. Y me encuentro con esto:

Un
frisbi. Un cacho de plástico sólido del tamaño de un plato. Puede. Ser. Tragado. Por. Un. Niño.
Inmediatamente me viene a la cabeza un infante con la boca del tamaño de un
critter.. Me
sobrecoge el miedo. Y para rematar la faena la etiqueta dice que
conservemos el envase que,
huelga decir, no trae un
frisbi que nos ha costado 60 céntimos. !Los dioses bendigan la gandulería humana, incapaz de modificar el texto de una etiqueta!
Y para terminar con mis estampas me gustaría
acabe con algo esperanzador, algo fresco que me devuelva la
fe en la humanidad: el escaparate de la casa del libro:

!Lo mejor de los dos mundos! !Es un libro, pero trata sobre
fúngol! !Bravo y viva!